¿Cómo crear la creatividad, la criticidad y la autonomía en el aula?

Lo primordial es crear un ambiente de seguridad emocional, de respeto mutuo, de cooperación y de comunicación espontánea y libre en el aula (virtual) es decir, crear un ambiente democrático.

Enseñanza para la comprensión

Enseñanza para la comprensión
que no les pase a nuestros estudiantes...

martes, 18 de mayo de 2010

Los retos de la educación científica

Estudiar química poniendo énfasis en sus aplicaciones es una condición esencial del progreso…. Quien no entienda esto o quien no haga todo lo posible por llevar a cabo esta verdad, estará contribuyendo de algún modo a mantener nuestro estado actual de subdesarrollo.

Es común en nuestras aulas escuchar la pregunta cajonera de: profesor, ¿Para qué sirve esto que estamos estudiando? Y la respuesta de siempre, a falta de otra: “espere a que llegue el próximo año y verá que estos temas le serán muy útiles para el próximo curso de química. Más adelante ustedes podrán aplicar esto en…” Y llega el año siguiente con otro curso, y la pregunta se mantiene viva y con igual respuesta. Llegan los estudiantes a la universidad y algunos se dan cuenta de la triste verdad: cada curso los preparó para el siguiente, y casi solamente para eso.
La otra respuesta, que me parece cargada de pedantería es: “La química permite el desarrollo del pensamiento lógico como en la época de Aristóteles. Estudiando estos temas, a los que, por ahora, no les ve aplicación usted desarrollará la capacidad analítica y la habilidad para resolver situaciones donde se necesite el método deductivo”.
Las investigaciones más recientes, acerca del desarrollo de la inteligencia de nuestros jóvenes, nos informan que estos cada vez son menos capaces de dar respuestas racionales y lógicas. Los jóvenes están perdiendo la capacidad de resolver problemas, de poder transferir las teorías y las disquisiciones abstractas a situaciones concretas.

Gardner (2005) afirma que: ….la persona carece básicamente de instrucción en el fondo: su manera de concebir el mundo físico, el mundo biológico, el mundo humano o el mundo de la creación artística no se diferencia de las que quienes no han recibido ninguna educación.

Lo cierto es que las teorías y procedimientos científicos descarnados de la realidad se olvidan rápidamente, pues los aprendizajes, si es que los hay, no son significativos para los estudiantes. También, en buena medida, la actitud negativa por el aprendizaje de la ciencia se debe a que nuestros estudiantes no ven su aplicación.
Everett Reimer
en su libro “la escuela ha muerto” citado por Villalobos (1995) nos dice: “Evidentemente las escuelas están diseñadas tanto para evitar que los niños aprendan lo que en realidad les intriga como para enseñarles lo que deben saber. Como resultado de ello aprenden a leer pero no leen, aprenden a contar pero odian las matemáticas…”

¿Qué está pasando entonces?

Actualmente, la enseñanza de la química está cargada de simbolismo que carece de sentido práctico. Por ejemplo, se requiere por parte de los estudiantes, un razonamiento capaz de relacionar la estructura microscópica del átomo con el comportamiento macroscópico de las sustancias. Tal y como se presenta en el aula, no es aplicable en ninguna ciencia social ni en la naturaleza. Esto ha hecho que buena parte de los cursos para otras carreras universitarias resulten pesados e inútiles, pues en ellos no se puede trabajar en la resolución de problemas prácticos o interpretación cuantitativa de situaciones propias de esa carrera.

Si bien, uno de los aspectos más importantes que puede hacer la química es relacionar la química como base de todo lo que nos rodea, como por ejemplo, fármacos, plásticos, fertilizantes, pilas, insecticidas, productos de limpieza, etc, la imagen que tiene la sociedad hacia los químicos es sinónimo de oscuridad, alteración de alimentos y contaminación.

En esta época de cambios como las que enfrentamos actualmente en la educación, el docente debe ser el protagonista principal. La sociedad ya no es la misma, las fórmulas que sirvieron en su momento han quedado obsoletas. Nunca antes habíamos tenido tantos y tan buenos recursos a nuestro alcance para afrontar los problemas de las aulas, y de los sistemas educativos con el fin de mejorar la educación de todos los costarricenses, que en definitiva es la clave para el progreso de Costa Rica. Pero en realidad, muy pocos sabemos aprovechar esta oportunidad; la tecnología por sí misma no mejorará los procesos administrativos del centro educativo, ni los procesos de enseñanza y aprendizaje de una escuela, somos los docentes los que debemos perder el miedo y afrontar la situación.

Cheng (2007) afirma que: La educación está siendo desafiada fundamentalmente, por lo tanto, los paradigmas imperantes en los sistemas educativos de la era industrial también deberán ser examinados y, de hecho, ser modificados como corresponda.

El cambio se produce y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Podemos hacer caso omiso de él pero, ¿acaso eso lo elimina? No, tan sólo lo ciega ante las cosas que en realidad están sucediendo. Podemos tratar de frenarlo pero, ¿acaso eso impide que suceda? No, solamente nos estaremos engañando si pensamos que se puede frenar el progreso, aunque sea por un instante. Podemos tratar de aislarnos y aislar a quienes lo rodean para no sentir los efectos del cambio pero, ¿realmente puede darse el lujo de desconocerlo? No, hacer caso omiso del cambio representa una sentencia de muerte para nosotros.

Debemos ser competitivos en el nuevo milenio; no podemos darnos el lujo de bajar la velocidad cada vez que se presente algo nuevo. De ahora en adelante, la cantidad de cosas nuevas que tendremos que enfrentar será muy superior a la cantidad de cosas viejas y en lugar de resistirnos a lo nuevo, disminuyendo la velocidad o negando la situación, debemos mantener el ritmo y sumarnos al cambio.

Referencias bibliográficas:
Gardner, Howard. Las cinco mentes del futuro.(2005).Barcelona. Ediciones Paidós Ibérica,
Cheng, Kai Ming. The Postindustrial Workplace and Challenges to Education. (2007). En
Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global era: International perspectives on
globalization and education. Los Angeles, CA: University of California Press.
Villalobos; Leslie (1995) Un enfoque humano de las matemáticas. (pp. 13-16). Costa Rica.
Autor.

3 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con sus comentarios, debemos de agrupar los conocimientos de las clases para que sean utiles para los futuros profesionales, pues es frustrante ver que mucho de lo que se estudian, no sirven para mas que un requisito para poder graduarse.
    Hoy en dia y de mano con la tecnologia, creo que en el caso de la quimica como lo mencioas, podemos obtener mejores resultados y mas conocimiento.

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  2. No encontré una respuesta directa, con relación a las preguntas planteadas: ¿En qué coinciden Gardner, Cheng, Levy y Murnane, en cuanto a las competencias laborales del profesional del futuro? ¿Qué implicaciones tiene este nuevo perfil sobre su propia práctica docente?

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  3. Sería oportuno acotar, que no todos los estudiantes trabajan igual, y yo si creo en el aprendizaje significativo. Sin embargo, somos nosotros los docentes, quienes debemos asegurarnos al conocer a nuestros estudiantes que esto suceda.

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